Marino tiene 65 años, es un asesor comercial empírico, sin formación académica y ha trabajado por más de 46 años en el sector de la construcción, hoy tuvo una reunión de negocios con un inversionista que busca un aliado comercial en una zona de alto crecimiento en el país, cuando le preguntaron cómo podía contribuir en la sociedad, su discurso fue:

“No tengo dinero para invertir en el negocio, pero mi respaldo es mi reputación y mi nombre en el sector”

A esta parte de la vida de Marino, yo la llamo MARCA PERSONAL